🍂 Por qué deberíamos mantener los residuos orgánicos fuera de los vertederos 🗑️
Los desechos orgánicos, como los restos de comida y los desechos del jardín, no necesitan terminar en los vertederos, donde a menudo pueden causar problemas ambientales. La idea errónea es que, dado que los desechos orgánicos se descomponen mucho más rápido que los plásticos, aceites y metales, los vertederos son el lugar perfecto para eliminarlos; pero la ciencia dice lo contrario. Cuando el material orgánico se entierra en vertederos bajo montones de otra basura, se descompone lentamente sin mucho oxígeno. Este lento proceso crea agua ácida. Durante los días de lluvia, esta agua, ahora mezclada con la lluvia, se mueve entre la basura y forma un líquido tóxico llamado lixiviado, que puede filtrarse al suelo y a las fuentes de agua, contaminándolos con bacterias, químicos y metales pesados.
Además, a medida que estos desechos orgánicos se descomponen, liberan una gran cantidad de metano, un gas que es mucho más eficaz para atrapar el calor en la atmósfera que el dióxido de carbono, lo que contribuye significativamente al cambio climático.
Podemos combatir estos problemas manteniendo los desechos orgánicos fuera de los vertederos. Al convertir en abono los desechos de la cocina y del jardín, o utilizar servicios designados de recolección de desechos orgánicos, podemos convertir estos desechos en abono rico en nutrientes en lugar de contaminantes dañinos. Esto no sólo reduce la producción de metano y lixiviados tóxicos, sino que también recicla los nutrientes nuevamente en la tierra, promoviendo un suelo más saludable. Cada residuo orgánico que desviamos de los vertederos ayuda a proteger nuestro medio ambiente y combatir el cambio climático.
El vermicompostaje es una excelente manera de reducir los desechos domésticos al hacer que las lombrices coman alimentos rápidamente con sus apetitos voraces y, como resultado, produzcan un fertilizante prácticamente inodoro pero rico en nutrientes.